En nuestra reciente adquirida cultura “low cost” es frecuente basar nuestra decisión de compra en el precio. Esto es especialmente significativo cuando hablamos de seguros. Hoy, ser competitivo significa también ser los más baratos sin discriminar, en muchas ocasiones, qué es lo que realmente estamos comprando.

El ahorro en los seguros de Responsabilidad Civil puede acabar pasándonos factura. Buscar el ahorro por el ahorro en este tipo de seguros que deberían estar diseñados para proporcionar al profesional sanitario la protección de su patrimonio, tranquilidad en el desempeño de su profesión y adecuada defensa de su prestigio profesional, es una actitud que pone en riesgo extremo a esos mismos profesionales.
Según la Asociación el Defensor del Paciente, sólo en Baleares en 2015 se registraron 219 denuncias por negligencias médicas, y un total de 14.430 en España. Un 20% más que hace una década. Así, el incremento de la litigiosidad en el ámbito sanitario es un hecho y, desde el pasado 1 de enero, con la entrada en vigor del nuevo baremo de lesiones, también lo será el aumento de las cantidades a indemnizar.
Por tanto, nuestra recomendación es clara: pregunta siempre qué te ofrece tu seguro de Responsabilidad Civil. Huye de lagunas en las cláusulas a las que fías tu protección. Por ejemplo, es importantísimo que no se excluya de cobertura por ausencia o defecto de forma en el consentimiento informado (un 70% de las reclamaciones se producen por esta causa). También es fundamental que cubra claramente el deber de socorro sin excluir aquellas actuaciones en las que el médico no disponga de los adecuados medios o infraestructuras (que es la circunstancia más probable si nos encontramos en esa situación). Y por último, una prestación suficiente en caso de inhabilitación profesional o una defensa independiente, profesional, experta y a tu servicio las 24 horas del día, 7 días a la semana son un valor a los que no debes renunciar.
¿Es posible conjugar calidad y precio en un producto de estas características? Sin duda. Pero no olvides asegurarte que no renuncias o limitas determinadas prestaciones, y que las coberturas o capitales siempre están actualizados.